Los sudafricanos le ganaron 15-6 a Inglaterra, el último campeón, y volvieron a levantar la copa tras 12 años. Montgomery fue el goleador del torneo.
Aunque parezca mentira, ya pasaron un mes y 13 días de aquel 7 de septiembre, día en que se jugó el partido inaugural del Mundial de Rugby, y Sudáfrica se convirtió en el nuevo campeón del deporte de la ovalada.
Plena noche en París y el Stade de France repleto. Tanto, que hasta los hijos del príncipe Carlos, William y Harry, se hicieron un lugar en su agenda para presenciar el evento.
Durante los 80 minutos, el partido fue muy peleado y muy cerrado, porque ambos equipos presentaron una excelente defensa; tal es así que no hubo tries. Por su parte, los ingleses pensaban que ésta era la chance para “vengarse” de aquel triunfo 36-0 de los verdes sobre los isleños en la primera ronda, pero no fue así. La clave de este partido estaba en los pateadores de ambos equipos; así los primeros seis puntos de la noche llegaron tras un penal para cada uno, pero a los 16, el sudafricano Percy Montgomery anotó otro penal para quedar arriba.
Una y otra vez los dirigidos por Brian Ashton chocaban contra una pared. La potencia física de los Springboks se imponía. Era muy difícil para los ingleses romper la línea de ventaja y apelaban como principal fuente de ataque a la patada. En tanto, Sudáfrica también usaba mucho el pie y tenía en Francois Steyn a su arma ofensiva en el centro de la cancha. Los últimos minutos de la etapa inicial se jugaron en las 22 yardas de los europeos. Fourie Du Preez buscó entrar con los forwards, pero el pack contrario aguantó la lucha. Todo terminó en penal y Montgomery aportó tres puntos para cerrar el 9-3 parcial.En el comienzo del complemento hubo una jugada polémica. Mark Cueto, del equipo de la rosa, había alcanzado el in goal sudafricano tras una gran jugada. El árbitro pidió el video ref y luego de tres minutos volvió atrás y cobró penal. No lo convalidó porque el wing había tocado la línea antes de apoyar. Wilkinson descontó con tres puntos más. La diferencia de tres no duró mucho, ya que Montgomery volvió a anotar otro penal. 12-6 era el resultado y se esperaba un final abierto.Los de camiseta verde cada vez que pisaban campo rival sumaban. Esta vez Steyn fue el que anotó un penal para estirar el resultado. Corrían los minutos y el marcador estaba congelado. El 15-6 parecía imposible de remontar para el defensor del título. No solo porque a diez del final necesitaban más de un try para ganar, sino porque la tarea de meterle un try a Sudáfrica se veía prácticamente como una hazaña. Los europeos intentaron con el pie, con el line y el empuje, drops, con arrestos individuales. Nada daba el resultado esperado.Al cumplirse los 80 minutos, ni un segundo más ni un segundo menos, el árbitro pitó el final y los africanos desataron su locura; luego de 12 años volvieron a levantar la Webb Ellis Cup y todo fue alegría para ellos.
Así pasó una nueva edición del Mundial de Rugby, en la que es importante recordar la excelente actuación de Los Pumas. Ahora habrá que esperar hasta el 2011, año en que el país organizador de este torneo será nada más y nada menos que Nueva Zelanda, uno de los mejores equipos del mundo. Pero quién sabe…habrá que ver qué sucede porque, como dice el refrán, nadie es profeta en su tierra.
Aunque parezca mentira, ya pasaron un mes y 13 días de aquel 7 de septiembre, día en que se jugó el partido inaugural del Mundial de Rugby, y Sudáfrica se convirtió en el nuevo campeón del deporte de la ovalada.
Plena noche en París y el Stade de France repleto. Tanto, que hasta los hijos del príncipe Carlos, William y Harry, se hicieron un lugar en su agenda para presenciar el evento.
Durante los 80 minutos, el partido fue muy peleado y muy cerrado, porque ambos equipos presentaron una excelente defensa; tal es así que no hubo tries. Por su parte, los ingleses pensaban que ésta era la chance para “vengarse” de aquel triunfo 36-0 de los verdes sobre los isleños en la primera ronda, pero no fue así. La clave de este partido estaba en los pateadores de ambos equipos; así los primeros seis puntos de la noche llegaron tras un penal para cada uno, pero a los 16, el sudafricano Percy Montgomery anotó otro penal para quedar arriba.
Una y otra vez los dirigidos por Brian Ashton chocaban contra una pared. La potencia física de los Springboks se imponía. Era muy difícil para los ingleses romper la línea de ventaja y apelaban como principal fuente de ataque a la patada. En tanto, Sudáfrica también usaba mucho el pie y tenía en Francois Steyn a su arma ofensiva en el centro de la cancha. Los últimos minutos de la etapa inicial se jugaron en las 22 yardas de los europeos. Fourie Du Preez buscó entrar con los forwards, pero el pack contrario aguantó la lucha. Todo terminó en penal y Montgomery aportó tres puntos para cerrar el 9-3 parcial.En el comienzo del complemento hubo una jugada polémica. Mark Cueto, del equipo de la rosa, había alcanzado el in goal sudafricano tras una gran jugada. El árbitro pidió el video ref y luego de tres minutos volvió atrás y cobró penal. No lo convalidó porque el wing había tocado la línea antes de apoyar. Wilkinson descontó con tres puntos más. La diferencia de tres no duró mucho, ya que Montgomery volvió a anotar otro penal. 12-6 era el resultado y se esperaba un final abierto.Los de camiseta verde cada vez que pisaban campo rival sumaban. Esta vez Steyn fue el que anotó un penal para estirar el resultado. Corrían los minutos y el marcador estaba congelado. El 15-6 parecía imposible de remontar para el defensor del título. No solo porque a diez del final necesitaban más de un try para ganar, sino porque la tarea de meterle un try a Sudáfrica se veía prácticamente como una hazaña. Los europeos intentaron con el pie, con el line y el empuje, drops, con arrestos individuales. Nada daba el resultado esperado.Al cumplirse los 80 minutos, ni un segundo más ni un segundo menos, el árbitro pitó el final y los africanos desataron su locura; luego de 12 años volvieron a levantar la Webb Ellis Cup y todo fue alegría para ellos.
Así pasó una nueva edición del Mundial de Rugby, en la que es importante recordar la excelente actuación de Los Pumas. Ahora habrá que esperar hasta el 2011, año en que el país organizador de este torneo será nada más y nada menos que Nueva Zelanda, uno de los mejores equipos del mundo. Pero quién sabe…habrá que ver qué sucede porque, como dice el refrán, nadie es profeta en su tierra.
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