Los quiero mucho.
Un fuerte abrazo, colegas.
Lu Atiyi.
Lucía Manzini
Conocí a Alejandra Burgos en una cobertura que realicé para Rock.com.ar por el noveno aniversario del café temático The Cavern. En ese momento, Burgos era guitarrista y cantante de Las Beladies.
Desde el comienzo me encantó su manera de interpretar los covers de The Beatles que ya había escuchado miles de veces en toda la noche. Ella les ponía algo especial, era como una especie de Lennon aggiornado con una energía nueva. Algo que falta en las típicas bandas que usan el trajecito negro, el corte taza y bajo Hoffner.
Ahora tiene una banda de música country y blues con la que toca, además de algún tema beatle, los clásicos de Elvis Presley, Bonnie Tyler, Big Boy Crudup, Bonnie Ritt y Lone Cat Feller, entre otros monstruos.
Se estará presentando el próximo sábado a las 22 en Casa Santamaría (Castro Barros 95, Bernal) y a las 24 en la UTN (sede Villa Domínico). Entrada: 8 pesos.
Les dejo el video que grabó para Tell Me What You See.
Los demócratas no pudieron conseguir el quórum necesario en el Congreso para derogar el veto que el presidente George Walter Bush interpuso al aumento presupuestario del Programa Estatal de Seguro Médico (SCHIP).
Durante el debate, el representante del Partido Demócrata por California Pete Stark lanzó un discurso que generó gran controversia entre los legisladores. Hasta tal punto que la presidente de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, se sintió obligada a pedir perdón.
Acalorado, Stark afirmó que “los republicanos dicen que no hay suficiente dinero para financiar la salud de los niños. Sin embargo, van a gastarlo en asesinar a gente inocente si logramos que muchos chicos crezcan sanos para que los puedan enviar a pelear a Irak, donde sus cabezas serán destruidas para divertir a Bush”.
Un razonamiento coherente.
Entre las otras interesantes ocupaciones del Congreso, en esta semana, estuvo aprobar una ley bastante polémica que les permite a los oficiales de inteligencia del Departamento de Seguridad Nacional espiar las comunicaciones de supuestos sospechosos de cometer futuros actos terroristas. Al mismo tiempo deslinda de responsabilidades legales a las empresas que colaboren con el espionaje.
Según las últimas encuestas, sólo el 27 por ciento de la población aprueba la gestión de Bush y de los miembros del Capitolio. Es el mayor pico de impopularidad que registran los políticos de ese país en su historia.
Algunas curiosidades:
-Si hay alguien que, evidentemente, es admirador de estas películas, ese es sin dudas Matt Groening. Sí, el creador de la serie animada Los Simpsons. En el episodio en que Bart Simpson se enamora de Jessica Alegría -la hija del reverendo-, suena de fondo en algunos momentos el tema principal de esta película. El episodio "22 cortos sobre Spingfield", es directamente una parodia a Pulp Fiction en todo momento: cuando el Jefe Gorgory y los demás oficiales hablan en la cafetería de las hamburguesas, y cuando Gorgory y Snake son atrapados por Herman, el dueño de la tienda de antigüedades militares. Con más detalle, se da en la escena en que Apu es invitado a una fiesta, y en la que suena la melodía de "La Cucaracha", cosa que también sucede cuando Butch está entrando a su vecindario para recuperar el reloj de su padre.
-Seguramente viste otras películas de Tarantino, como Perros de la calle ó Kill Bill. Se ve que a Tarantino le gusta repetir personajes. Algunas se estas repeticiones se dan con Uma Thurman, Michael Madsen, Samuel Jackson, Tim Roth, Steve Buscemi y el mismo Tarantino. En la película Sin City (co-producida por Tarantino) también se repite a Bruce Willis.
-Hablando de Kill Bill y de repeticiones: Uma Thurman no sólo aparece en Pulp Fiction y Kill Bill. Además, se da a entender que Tarantino tiene gusto y obsesión por los pies de esta señorita, ya que en ambas películas hace planos detalle de ellos, y en repetidas ocasiones.
Si viste las 3 películas, vas a notar que:
-Vincent le comenta a su dealer de heroína que alguien le rayó su auto. Acá, Tarantino da a entender que quien hizo esto fue Butch tras el entredicho con Vincent en el bar.
-La billetera de Jules dice "Bad Motherfucker" (cabrón hijo de puta). Esta billetera en realidad le pertenecía a Quentin Tarantino.
-Siempre se dijo que uno de los protagonistas de Perros de la calle, llamado Vic Vega podría ser tranquilamente el hermano de Vincent Vega. Efectivamente, Tarantino planea juntar a Madsen y Travolta en una película en la que serán hermanos.
-También se dijo que el contenido del maletín de Marsellus Wallace en Pulp Fiction serían las joyas de un robo que ocurre en Perros de la calle.
-Cuando el señor Lobo anota los nombres en su libreta para acudir en ayuda de Vincent y Jules en Pulp Fiction, utiliza el mismo método que en Perros de la calle al asociar los nombres de los implicados a colores. Otra parodia que hace Matt Groening en Los Simpson, cuando Homero anota que Lenny es el blanco y Carl, el negro.
-Las botas y la navaja que lleva Uma Thurman en Kill Bill, son las mismas que usaba Michael Madsen en Perros de la calle.
-La conversación que mantienen Mía y Vincent en el restaurant Jack Rabbits sobre una serie piloto, describe casi a la perfección los personajes de Kill Bill.
-Hacia el final de Pulp Fiction, Jules le comenta a Vincent que ha decidido retirarse de la vida criminal y dedicar su vida a donde Dios decida. En Kill Bill, el pianista de la iglesia es nada menos que Samuel Jackson, personificando a Ruffus.
Ficha Técnica:
Título original: Pulp Fiction (Tiempos Violentos)
Origen: Estados Unidos
Año: 1994
Duración: 154 minutos
Género: Criminal / Drama
Dirección: Quentin Tarantino
Guión: Quentin Tarantino y Roger Avary
Reparto: John Travolta, Samuel Jackson, Uma Thurman, Bruce Willis y otros.
Productora: Miramax
¿En búsqueda del tiempo perdido?
Al Gore ganó el Premio Nobel de la Paz junto al Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático, del que participan más de 50 profesionales argentinos. Lejos de pasar desapercibido, el galardón ya disparó las especulaciones sobre el eterno retorno del Presidente que no fue.
El ex vicepresidente de los Estados Unidos Albert Gore ganó el Premio Nobel de la Paz por su lucha contra el recalentamiento global junto al Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas, en el que participan más de 50 científicos argentinos.
Con eso bastó para que los medios estadounidenses comenzaran a profetizar el regreso más esperado por aquellos que vieron con desilusión cómo la Suprema Corte le otorgaba la Presidencia a George Walker Bush en 2000, tras una elección cuestionada como pocas en la historia.
Por ahora, Gore asegura que es muy difícil que vaya a competir en 2008. Sin embargo, para muchos es la persona indicada para el momento indicado. Los trastornos que ha generado el recalentamiento global ya se han convertido en un hecho palpable. Al mismo tiempo la “guerra contra el terrorismo” ha dejado caer su fachada y se muestra como el experimento más grotesco de los Neoconservadores.
De los actuales candidatos que se perfilan para ganar las elecciones internas del Partido Demócrata, sólo John Edwards mantiene una postura clara contra la cruzada de Bush; pero es casi imposible que consiga la nominación. Los demás, sobre todo la senadora por el estado de Nueva York Hillary Rodham Clinton, aún siguen sosteniendo que el problema es la estrategia; pero no el fin.
Esta semana, varios líderes demócratas junto a Rodham Clinton votaron en el Senado una resolución para perdirle a Bush que declare a la Guardia Revolucionaria de Irán “una organización terrorista internacional”, algo que ni siquiera los republicanos se atrevieron a hacer.
Para justificar su voto, Rodham Clinton explicó que se trata de “aplicar presión diplomática sobre Irán”, ya que la Guardia Revolucionaria “está participando activamente en el plan nuclear iraní”. Cuando las bases de su partido le reclamaron que revea su decisión para no justificar un ataque contra Irán de parte de la administración Bush, Hillary respondió que “si el Presidente cree que es necesario utilizar la fuerza contra Irán, debe perdirle autorización al Congreso”.
De todas maneras, en anteriores declaraciones, la senadora por Nueva York aseguró que “será necesario mantener un mínimo de tropas en Irak”. Con todo esto es clara cuál será la postura que asumirá si lográ ser ungida la primera presidenta mujer de los Estados Unidos.
Pensar una estrategia militar en Medio Oriente a largo plazo parece un plan descabellado a esta altura. Desde que se inició el conflicto, más de 4 mil soldados perdieron la vida. El ex comandante de la Fuerza Armadas en Irak Ricardo Sánchez rompió el silencio y atacó duramente al gobierno al considerar a Bush “un incompetente que lleva adelante una pesadilla que no tiene fin”.
Mientras la principal empresa contratista de seguridad Blackwater, que tiene a cargo “proveer a la seguridad” en Irak y Afganistán, ha visto crecer sus dividendos en forma astronómica gracias a los contratos que ha ganado sin licitación en el Departamento de Defensa, las denuncias que acumula por asesinar en sus entrenamientos a civiles iraquíes inocentes aumentan a la par.
El diputado demócrata por el estado de Maryland Elijah Cummings manifiesta que “desde la privatización de la seguridad en la década del noventa, Blackwater se ha convertido en un poder en las sombras sostenido por un ejército de mercenarios que no responden ni al gobierno de los Estados Unidos ni a ningún gobierno del mundo”.
Si el ex alcalde de Nueva York Rudolph Giuliani, considerado “un héroe” tras el atentado que sufrió la ciudad en septiembre de 2001, alcanza la nominación y se convierte en el candidato a la Presidencia del Partido Republicano, el mundo deberá enfrentarse a una etapa bélica tan monstruosa y desgastante para la economía global como la Segunda Guerra Mundial.
En ese límite entre la tibia liberal moderada Hillary Rodham Clinton y un republicano que llega con el cuchillo entre los dientes se ubica Al Gore, que en esa búsqueda por recuperar el tiempo perdido es el hombre del momento para detener la “guerra contra el terror” y devolverles a los habitantes estadounidenses las libertades individuales que les han quitado en los últimos siete años en nombre de la seguridad nacional.