domingo, 14 de octubre de 2007

Perpetua para el cura






Si hay un tema que deja al descubierto las diferentes posturas ideológicas de los grandes diarios argentinos, es el de la última dictadura militar.
Esta semana, la sentencia al ex capellán de la Policía Bonaerense en los años de plomo, ChristianVon Wernich, fue uno de los temas centrales de la prensa.
El miércoles 10 de octubre, el diario La Nación titulaba: "Condenaron a prisión perpetua a Von Wernich". Su bajada mencionaba: "Es el primer sacerdote juzgado por crímenes de la dictadura; fue hallado culpable de siete homicidios y 34 casos de tortura; para los jueces, los delitos fueron parte de un 'genocidio'".
Cabe destacar de esta tapa una de las notas que acompaña al título principal. Firmado por Silvina Premat, el texto titulado "La Iglesia manifestó su 'dolor'", relataba cómo el Episcopado expresó su "dolor por la participación de un sacerdote en delitos gravísimos", y además quedó a la espera de un arrepentimiento público por parte del inculpado y de un pronunciamiento de su superior eclesiástico. En la nota, su única fuente es el jefe de prensa del Episcopado, el padre Jorge Oesterheld, quien alegó que "lo que hizo Von Wernich fue a título personal y no puede involucrar a toda la Iglesia en ello". La periodista no deja de mencionar, además, los pedidos de perdón de la Iglesia en 1995 y 2000.
Entre las notas relacionadas, la de Mariano de Vedia, titulada "Un mensaje que busca evitar odios y rencores", dejaba entrever la postura de este medio en defensa del comunicado de la Iglesia argentina. Decía el periodista: "Un detalle que no pasa inadvertido es que el texto omite expresamente la mención del nombre de Von Wernich. Los obispos eligieron, así, una tercera vía, en sintonía con sus pronunciamientos anteriores. Priorizaron el camino de la reconciliación y el llamado a la convivencia social, alejada de la impunidad, que debilita el valor de la justicia, pero también del odio y del rencor, caldo de cultivo para las divisiones y enfrentamientos".
Casi excusando al Episcopado de no tratar en profundidad el tema, De Vedia aseguraba que "según el criterio que predominó en el Episcopado, detenerse a analizar, para bien o para mal, la conducta de Von Wernich, hubiera significado volver a sembrar en la opinión pública la eterna discusión sobre las culpas y responsabilidades por lo actuado en la dictadura militar. En ese sentido, no había ánimo para dejar abierta una nueva grieta en la ya delicada relación con el gobierno de Kirchner".
Ese mismo día, fiel a su mirada progresista y de defensa de los derechos humanos, Página 12 titulaba: "La Cruz invertida". En su bajada, de modo similar a la Nación, exponía: "Primer miembro de la Iglesia condenado por su participación en la represión dictatorial. El Tribunal lo consideró responsable de 7 homicidios, 31 casos de tortura y 41 secuestros 'en el marco del genocidio'". Cabe destacar la foto del sacerdote. (ver foto)
En el cuerpo del diario, la nota principal, de Victoria Ginzberg, trataba, en una breve crónica, el dictamen de la sentencia a Von Wernich, tomando como fuentes a madres de plaza de mayo y abogados de las diferentes organizaciones de derechos humanos, además de los propios jueces y abogados defensores que participaron de la resolución del alegato.
Entre las subnotas que acompañaron a este texto, se puede destacar la de Mario Wainfeild, tal vez la más crítica de todas. Allí, en referencia también al discurso de defensa del religioso, se podía leer: "El ex sacerdote, con enorme presencia escénica, inquirió cuánto tiempo tenía y eligió como género el sermón. Ni una palabra sobre el hombre sometido a juicio, él mismo. Sí una reflexión sobre el sacramento de la confesión, sobre la historia de la Iglesia, sobre el demonio que acecha en los testigos que odian y mienten. La reconciliación, esa bandera que los represores aluden como tapadera de su impunidad, no podía faltar (...) Von Wernich no dijo que era inocente, no repasó los cargos, se amparó en los dos mil años de historia de la Iglesia Católica pero jamás habló de una de sus ovejas más negras, él mismo.
No faltaron críticas a la Iglesia: "Fiel a un estilo poco democrático que no suele ser criticado por la prensa, la CEA emitió un comunicado al que no le puso voz ni cuerpo. El texto es breve hasta el laconismo. Da cuenta de un 'dolor gravísimo' pero relativiza la existencia de los crímenes con el asombroso giro 'según la sentencia del Tribunal Federal Oral 1 de La Plata'. Una sentencia es un acto institucional, no una opinión. Como tal, obliga a todos los ciudadanos y a todas las organizaciones no gubernamentales. Von Wernich no es múltiple asesino 'según los jueces', es un homicida a la luz de las leyes argentinas. Llama la atención, proviniendo de quienes reclaman enfáticamente más institucionalidad, que se relativice (casi se ningunee) el valor de un acto de gobierno".
El periodista remarca además dos grandes omiciones en el texto. Por un lado, " las víctimas brillan por su ausencia". Por el otro, al igual que Mariano de Vedia, dice el autor no hay ninguna mención de las "señas personales" de Von Wernich.
Clarín le dio a la noticia un tinte más político, preguntándole a 5 candidatos presidenciales (Roberto Lavagna, Elisa Carrió, Alberto Rodríguez Saa, Vilma Ripoll y Fernando "Pino" Solanas)su postura con respecto al fallo hacia el ex capellán.
En su página 3, el periodista Rodolfo Lara, hace también una pequeña crónica del dictamen del fallo, recurriendo al color y a los párrafos narrativos.
En la tapa de ese día, cabe destacar el título: "La Iglesia pidió alejarse "de la impunidad como del odio y el rencor". En el cuerpo, la nota referente menciona que "la Iglesia exhortó al sacerdote a que pida perdón por las gravísimas violaciones a los derechos humanos". También utiliza como fuente al padre Jorge Oesterheld. En la misma página, y ubicada en el centro, una breve nota describe detalladamente las festejos de las agrupaciones de derechos humanos.
El diario también hace una análisis de los dos caminos que recorrió la Iglesia en la última dictadura: como víctima y como cómplice. "Se les puede pedir a las autoridades eclesiásticas una contrición mayor, ahora que por primera vez en la historia argentina uno de sus sacerdotes es condenado por torturas, secuestros y asesinatos? Von Wernich no pensaba eso cuando ayer habló de paz y reconciliación", concluye Alberto Amato, el autor.


Aye

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